Andrea nació en Bogotá hace 29 años. Desde muy pequeña entendió que la vida no siempre da las cosas fáciles, pero también que incluso en los momentos más duros siempre se puede encontrar fuerza para salir adelante. Es publicista y copywriter, aunque detrás de lo que hace está la sensibilidad que la define: ama a los animales y durante mucho tiempo dedicó su tiempo a rescatar a los que nadie ayudaba en las calles. Esa pasión de cuidar, de dar refugio, es un reflejo de su esencia.

Es hija de Luz, una ingeniera industrial que a los 16 años ya había asumido el reto más grande de todos: ser mamá. Andrea creció viendo cómo su mamá luchaba por abrirse camino, y esa ha sido su mayor inspiración toda la vida. De niña no todo fue fácil: entre los 9 y los 17 años pasó largas horas sola, sin quien revisara sus tareas, y no solo aprendía lo que le enseñaban en el colegio, aprendió a cocinar, a organizar la casa y a convertir esa soledad en el sueño de ser algún día como mamá. En medio de esos años recibió una herencia que le enseña algo nuevo todos los días: el fútbol. Es hincha de Independiente Santa Fe, el equipo que duró 37 años sin ganar un título, el que le enseñó a tener paciencia y a disfrutar del camino incluso cuando las victorias tardan en llegar. Santa Fe le mostró que no siempre se trata de ser el mejor, sino de aprender en la derrota y de celebrar con humildad cada logro, por pequeño que sea. Ese equipo, el que todos conocen por ser muy familiar no solo le dio lecciones de vida, también le regaló la oportunidad de conocer al amor de su vida, con quien hoy construye un hogar que hoy es su familia.
Quienes la conocen dicen que Andrea tiene un corazón de mamá. Se preocupa mucho por los demás, su terapeuta lo llama “alta empatía”, y aunque muchos podrían confundir esa sensibilidad con debilidad, ella la transformó en su mayor fortaleza: ponerse en los zapatos de otros para comprenderlos, acompañarlos y dar lo mejor de sí.

Esa manera de ver la vida también se refleja en su trabajo. Andrea es copywriter en DDB Colombia y aunque alguna vez soñó con premios y reconocimientos, pronto descubrió que su verdadero sueño era vivir tranquila. La publicidad se volvió el vehículo para lograrlo y en ese viaje de aprendizajes encontró un espacio para conocer personas maravillosas y para entender que los logros más grandes no siempre son los leones, sino también son las historias y las sonrisas de hacer las cosas con gusto y amor.
En ese camino ha aprendido a escuchar, a valorar los procesos ajenos, a no dejarse arrastrar por la prisa de una industria que nunca se detiene. Ha construido su carrera como Santa Fe, con paciencia, mucha resiliencia y corazón, ha descubierto que vulnerabilidad está llena de fuerza y ha encontrado la tranquilidad en lo simple: en escribir un buen copy, en pensar una idea que le llene el corazón, en detenerse a reconocer lo lindo de cada persona.

Hoy, Andrea vive con la certeza de que su sensibilidad es un superpoder. Es lo que le permite ver lo que muchos no ven: no solo ideas, sino la luz que tenemos todos. Por eso su propósito es claro: devolver al mundo todo lo bueno que la vida le ha regalado, acompañando a quienes empiezan, enseñando a quienes se sienten perdidos y compartiendo todo lo que muchos le han entregado. Su mamá dice que es como Múlan porque la ha visto levantarse una y otra vez por sus sueños y por la forma en la que quiere cuidar de los demás; Luz le dice que es como una heroína pero no sabe para Andrea, su mamá es la verdadera heroína.

Esta biografía no termina aquí, ella seguirá escribiendo, aprendiendo y celebrando. Y así como Santa Fe, puede que gane hoy aquí o en un año, quizás también en 37 años. 

Posdata: 
Mis miedos e inseguridades me hicieron dudar de escribir, nunca he creído poder llegar a ser tan relevante, por eso este formulario lo llené el último día a las 11 pm.  Gracias por leerme.